“Mi odio por ti,
crece inexorablemente,
como un fuego acariciado por la brisa,
una brisa leve pero enfurecida.
La flor se chamusca,
pero no desaparece,
por más que lo deseo,
no desaparece,
flamea con fuerzas nuevas,
como si el tiempo fuese,
el impulso que la convierte
en algo inmortal.
Me duele arder tan lentamente,
arder y nunca ser ceniza,
y que mi odio por ti,
crezca inexorablemente.”
22/05/2010
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