"Lluvia atómica contra el malherido suelo,
latigazos hambrientos de viento y rama,
bancos y columpios ahora divorciados,
solitarios, tristes, llorando su desgracia.
Un pajarillo aprovecha ese momento,
corretea entre las humedecidas hierbas,
entre las huesudas máquinas metálicas,
juraría que antes ya me había visto, sí,
pero en el fondo no le importo, es listo,
todo se vuelca hacia un neo-Hiroshima,
el ave se escabulle entre las ratoneras,
vuelvo a estar solo, solo por un instante."
13/02/2011
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